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jueves, 17 de mayo de 2012

Ruido

El martes día 15 de mayo hubo una cacerolada en la puerta del Sol. La cacerolada fue organizada por el movimiento 15M en el día de su primer aniversario y supuso el colofón a cuatro días de protestas y actividades que empezaron con la manifestación del sábado 12. Las razones de este movimiento han sido ampliamente comentadas y están disponibles en la red. Además, han sido apoyadas o duramente criticadas por algunos medios de comunicación e incluso yo he escrito sobre ellas. 

Precisamente sobre eso quiero hablar hoy: sobre el tratamiento de la información, especialmente por parte de los periodistas. En efecto, los distintos medios de comunicación tienen posiciones muy diferentes con respecto al movimiento 15M, y en general con respecto a cualquier tema. No me parece que sea malo que cada uno opine de una manera distinta sobre cada asunto, pero parece que está claro que los medios de comunicación (y los gobiernos y partidos políticos) exageran o retocan la información que publican, cuando no mienten con descaro. En ese sentido, me parece que en España tenemos tres problemas fundamentales que seguramente habría que tratar de atajar aprobando normas específicas relacionadas con la ética de la profesión periodística:

  1. Los medios de comunicación son muy poco independientes. No me parece mal que un periódico o una radio tengan una línea editorial clara y que sus columnistas, tertulianos, colaboradores y articulistas de opinión expresen ideas de una determinada ideología, siempre que el medio sea privado. Sin embargo, los grupos de comunicación de nuestro país, normalmente en manos de poderosos hombres de negocios, parecen estar guiados no por una ideología, sino por el apoyo a un determinado partido político, que puede a su vez tener una línea ideológica coherente o no.
  2. Creo que los distintos grupos de comunicación distinguen muy mal la información de la opinión, y eso hace que lo que nos llega a los ciudadanos esté siempre sesgado y manipulado.  
  3. Los medios de comunicación piensan que los ciudadanos son muy manipulables, o los ciudadanos no castigan (no comprando el periódico, no escuchando la radio, no viendo la televisión) a los medios de comunicación que manipulan. Dado que vivimos en un sistema de libre mercado, una regulación para este problema ha de venir de los ciudadanos y no de la administración.


Por último, quiero terminar la entrada con la que creo que es la relación entre la cacerolada, la manipulación de los medios informativos y el título de esta entrada del blog. Yo estuve en Sol el martes. En la cacerolada, además de hacer ruido con unos poco habituales instrumentos musicales, se gritaban algunas de las consignas más conocidas del movimiento 15M. Naturalmente, el ruido reinante impedía que los gritos se propagaran de forma rápida o muy coordinada, llegando incluso a escucharse dos consignas simultáneamente desde sectores distintos de la plaza. Y mientras golpeaba mi bandeja metálica con un tenedor y escuchaba los sonidos que emitían los otros miles de personas que estaban allí, pensé que las cosas que quería decir la gente, las frases que querían corear, me llegaban con muchísimo menos ruido que la información que recibimos a diario por parte de los medios de comunicación. Y pensé también que esa podía ser la razón por la que me identifico tanto con el movimiento 15M; pues lo que allí se escuchaba era la verdad de muchas personas, sin distorsiones ni manipulaciones, entre un fragor que no impedía que todos nos entendiéramos perfectamente.

5 comentarios:

  1. El tema de la independencia de los medios de comunicación corporativos es muy interesante. Durante mucho tiempo se ha considerado que la manipulación de los medios estaba directamente relacionada con la censura y con el control estatal. Por tanto una prensa privada en una sociedad con una libertad de expresión asentada podía ser verdaderamente independiente. Estamos comprobando con tristeza que esto no tiene por que ser así. La prensa corporativa, aunque independiente del poder estatal, no es independiente del poder económico. Ambas son formas de poder y el segundo ha crecido espectacularmente a lo largo de todo el siglo XX. Como formas de poder se ejercen de manera muy distinta y poseen distintos mecanismos para controlar de la información. Me permito recomendarte el libro "Manufacturing Consent" de Herman y Chomsky. Uno de los primeros intentos serios de investigar los resortes mediante los cuales el poder económico controla la información en una sociedad libre. Un epilogo a este libro es "Guardians of Power" que es básicamente una selección de ejemplos de manipulación en los medios de comunicación progresistas anglosajones, especialmente los ingleses, de los 90 hasta ahora.
    Los ejemplos de estos libros son de prensa de GB y EEUU, paises con una larga tradición de libertad de expresión. Esto sugiere que el factor que distorsiona la independencia no es la escasa cultura democrática de nuestro país, que obviamente influye, sino el modelo de negocio y las relaciones de poder de nuestra sociedad capitalista.

    P.D.: Yo que tengo buena memoria guardo mi pequeña colección de manipulaciones aparecidas en El País, un medio supuestamente progresista y que trata de aparentar objetividad ( cosa que no creo que pretenda intereconomía ).

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    1. Leeré lo que recomiendas. Me pregunto si podrías compartir con nosotros esa pequeña colección de manipulaciones de El País que tienes (si es que está en formato electrónico).

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    2. Me pregunto si esta noticia llegará a alguno de los periódicos o medios audiovisuales de mayor difusión...

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  2. Fantástica reflexión.

    Coincido completamente con el punto 1. Es imprescindible que los medios públicos funcionen al margen de la clase política dirigente. Que los poderes estén plenamente separados, vaya. Pero es notable la influencia partidista que tienen estas instituciones. De hecho esta situación parece que va a tomar magnitudes todavía mayores con el cambio de sistema de designación de presidente y consejeros de RTVE. Lamentable.

    Creo que en el punto 2. está la clave. Por supuesto que todo medio puede publicar lo que quiera. Sin embargo creo que debería ser posible que un medio que de manera intencionada difunda falacias como información verídica se vea llevado a juicio y castigado por ello, claro está siempre y cuando sea demostrable que la tergiversación fue intencionada. Quiero decir, por encima de toda manipulación mediática, que es más difícil de objetivizar, pienso que casos como los de ETA en el 11M, donde hay pruebas de una intención consciente de falsear la realidad por parte de varios medios específicos, se debería poder forzar a los responsables a rendir cuentas. Es un delito grave. Por otra parte pienso que la exageración, la descontextualización o incluso la omisión de información son cuestiones mucho más difíciles de medir, y que sería tanto complicado como peligroso pretender acotar las fronteras de estas deformaciones periódisticas. Deformaciones que, como tú bien señalas, todo periodista ha de tener en mayor o menor medida por el simple hecho de ser humano.

    El punto 3. no lo tengo claro. Deberían "castigar" los ciudadanos a los medios malos no comprando su producto? Esto de manera natural haría tender a los medios hacia una posición más en conformidad con la ciudadanía? No lo creo. Resulta que como de manera brillante apunta Adrr - "La prensa corporativa, aunque independiente del poder estatal, no es independiente del poder económico". De este modo el ir y venir de la posición de un medio en cuanto a economía se refiere va a estar mucho más dictado por los mercados y los poderes financieros que de la voluntad de las personas. A no ser, claro está, que se tuviese la fuerza y organización suficiente como para declarar boicots selectivos a medios particulares. En el fondo... por qué no? ;-)

    Mis reflexiones por lo tanto concluyen en que una vez más la linea la delimita el marco económico subyacente, aunque probablemente no sea nada demasiado profundo puesto que hoy en día muy pocas cosas escapan a esta conclusión!

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    1. Estoy de acuerdo. Mentir en un medio de comunicación es más grave que mentir en el ámbito privado (por la repercusión) y debería tener consecuencias, incluso penales, siempre. Y aunque los humanos seamos falibles, seguro que se pueden hacer esfuerzos para corregir nuestros defectos cuando damos información en un medio, de manera que esta sea lo más objetiva posible.

      Con respecto a la conclusión, es posible que sí sea algo muy profundo: parece que en el mundo actual casi todo está controlado o influido en gran medida por la economía. ¿Queremos eso? ¿Es eso bueno? ¿Podemos evitarlo? ¿Podemos sacar ventaja de ello, resolviendo a través de la economía una gran cantidad de problemas? (creo que la respuesta correcta a esta última pregunta, si es que alguien la tiene, es lo que debería determinar quién dirige el gobierno).

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